Supongamos que a un caballo se le hace llegar una ligera descarga eléctrica en la pata a través de una placa metálica colocada en el suelo del establo; y supongamos tambien que unos segundos antes de cada descarga se hace sonar siempre una campana. El caballo, al cabo de un tiempo, "supondrá" que existe una relación causal entre el sonido de la campana y la descarga y, por tanto, cada vez que suene la campana, despegará una pata del suelo.
Una vez establacido este reflejo condicionado en el caballo de turno, podemos desmontar el dispositivo eléctrico, no nos hace falta, porque inevitáblemente el caballo alzará la pata cada vez que suene la campana, creyendo evitar (el muy listo... el muy pobre...)la descarga eléctrica, en virtud de un comportamiento cuya eficacia había quedado demostrada.
Esto lleva al interesante resultado de que cada vez que el animal alza la pata y evita, por consiguente, la descarga, se confirma en su suposición de que alzar la pata es el comportamiento "adecuado" para protegerse de una experiencia desagradable. La acción queda reforzada por si misma, sin necesidad de descarga eléctrica alguna. Y con ello no hace sino consolidar este falso comportamiento.
Dicho de otra forma: este comportamiento, supuestamente adecuado, es el que imposibilita al caballo el importante descubrimiento de que ya no existe la amenaza de descarga eléctrica.
La solución se ha convertido en el problema.
Esta génesis de problemas no es en modo alguno privativo de los animales; tiene un campo de aplicación universal, válido también para la esfera humana, sólo que en este caso hablamos de síntomas neuróticos o psicóticos.
En definitiva hemos creado de este modo un caballo neurótico, presa de un problema inexistente, que tal vez en un momento existió, pero que él mismo ha perpetuado en su "mente" con lo que pensaba que era la solución correcta, la forma adecuada de actuación.
Pensemos... antes, tenía un problema real... una descarga eléctrica, que soluciona llegando a evitarla... más tarde el problema real ya no existe... pero él lo desconoce porque sigue reproduciendo la maniobra "que solucionaba el problema"... y lo que era en su momento una solución se convierte en una conducta extraña e inadecuada, desproporcionada... se convierte en un raro, en un inadaptado... el siguiente paso es convertirse en un (auto)marginado. Con todo el sufrimiento personal que conlleva cada etiqueta que hemos, y ha, ido colocando a su conducta.
En fin... que bastantes problemas reales tenemos... como para "crear" y sufrir con/por problemas que ya no existen... sufrir con/por situaciones que ya no se producen... sufrir con/por "fantasmas" que hemos creado, a fin de cuentas, nosotros mismos... "fantasmas" que un momento nos ayudaban porque "asustaban" al problema... pero que sin problema real ya solo nos asustan a nosotros mismos... y nos dan miedo... angustia... dolor... mucho miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario