Cierra y duerme. Prendes la mitad de la casa con incienso y la otra mitad se llena de humo, esperas a que se ponga en ritmo y te lanzas a una carrera desenfrenada para enfrentar o lograr lo que deseas, mas lo que es echo con maldad, con maldad se devuelve, y te ves acorralado, sin saber que hacer, decir, pensar, escribir.
Te gustaría poder hacer algo productivo, lo intentas, alejas a los demás, te pierdes, eres único, lo entiendes, sabes y practicas, pero por sobre todo lo logras.
"A mi amor de las caricias de cada noche y día, de las miradas fugaces y de inconsumada calentura, mi amor de labios bellos y pelo liso"
Me siento e imagino sobre el arcoiris, ¿por qué tan lejos?, me gusta mirar las cosas de lejos, desde otra perspectiva, quizás para maquinar una estrategia, una entrada, una bienvenida. Una vez hecho esto, me bajo del arcoiris, y me enredo entre la multitud y actúo.
A mi amor, de las caricias, sobre el todo todo de nuestras recientes noches y cada cual con sus chasquidos.
Cierra los ojos a las caricias, es de la mejor forma. Expuesto a tus demás sentidos y dejarte llevar. ¿Por qué son necesarias?, pues el intrínseco deseo de ser queridos, amados y odiados, puesto incluso el odio puede llevarnos a una caricia, por el quejido nuestro al recibir un puñetazo, nos carician con su mas sincero odio, rabia y frustraciones.
Florecer, dejar fluir lo que sientes com una flor, que renace al día, sol, agua, aire y acaricia con sus más sinceros y puros pétalos al tibio aire amanecer, atardecer, mirada, sonrisa, suspiro, noche.
Caricias, para que las quiero, para guardarme los secretos y tatuarme en la piel lo que me pertenece y me ha sido dado como un don.
Y el mas puro secreto, de saber acariciar, el más sincero sabor en tu boca de un cuerpo como el mío, frágil y mortal. Sabiéndolo amado, respetado, deseado.
Guardas en tu mente, los recuerdos, yo los guardo sobre mi piel.
miércoles, 16 de enero de 2008
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